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sábado, 7 de agosto de 2010

Manejo de limites y disciplina.



DISCIPLINA Y MANEJO DE LIMITES EN LOS NIÑOS.
Una disciplina eficaz a la hora de aplicar los límites a nuestros hijos es lo más importante. Si nosotros presentamos una buena regla, nuestro hijo estará dispuesto a cumplirla porque lo que quieren ellos es agradarnos. No nos encontramos preparados para establecer los límites. Nos falta habilidad para hacerlo. Hablamos demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad y con demasiada autoridad. Cuando necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer algo y "ahora" (recoger los juguetes, irse a la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:

Debemos tener objetividad

Es frecuente oír de nosotros mismos y de otros padres expresiones como "Pórtate bien", "Sé bueno", o "no hagas eso" Las expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas. Nuestros hijos nos entenderán mejor si hacemos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado dice a un niño exactamente lo que debe estar hecho. "Habla bajito en una biblioteca "; "Da de comer al perro ahora": "Agarra mi mano para cruzar la calle". Esta es una forma que puede aumentar substancialmente la relación de complicidad de su hijo.

Ofrezca opciones

En muchos casos podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada de decidir como cumplir sus "órdenes". La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: "Es la hora del baño. ¿Lo quieres tomar con la ducha o en la bañera llena?"; "Es la hora de vestirse. ¿Quieres elegir un traje, o lo hago yo? Esta es una forma más fácil y rápida de decir a un niño exactamente lo que hacer.

Sean firmes

En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Un límite firme dice a un niño que él debe parar con dicho comportamiento y obedecer a tus deseos inmediatamente. Por ejemplo: "Vayas a su habitación ahora" o "¡Pare!, los juguetes no son para tirar". Los límites firmes son mejor aplicados con una voz segura, sin gritos, y una seria mirada en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: "¿Porqué no lleva tus juguetes fuera de aquí?"; "Debes hacer las tareas de la escuela ahora"; " Venga a casa ahora, ¿vale?" e "Yo realmente deseo que te limpies". Esos límites son apropiados para momentos cuando se quiere que el niño actúe en un cierto camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones "debe estar hecho", serás mejor cómplice de su hijo si les aplica un firme comando. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.

Acentúa lo positivo

Los niños son más receptivos en "hacer" a lo que les ordenan. Directivas cómo el "no" o "pare" dicen a un niño que es inaceptable pero no explica qué comportamiento le gustaría en cambio. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer ("Habla bajo") antes de lo que no debe hacer ("No grite"). Padres autoritarios dan más órdenes "no", mientras los demás están propensos a aplicar el orden con el "hacer".

Se mantengan al margen

Cuándo decimos "quiero que te vayas a la cama ahora mismo", estamos creando una lucha de poder personal con nuestros hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: "Son las 8, hora de acostarse" y le enseña el reloj. En este caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.

Explica el porqué

Cuando una persona entiende el motivo de una regla, como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá mas animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño el porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón para el orden ayuda a los niños a que desarrollen valores internos de conducta o comportamiento- una conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños, manifieste la razón en pocas palabras. Por ejemplo: "No muerdas a las personas. Eso les hará daño"; "Si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar aún con ellos".

Sugiera una alternativa

Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intente indicar una alternativa aceptable. Por hacerlo sonará menos negativo y su hijo se sentirá menos desaventajado. De este modo, te empeñas en decir "no sé si te gustaría mi pintalabios, pero eso es para los labios y no para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel en cambio". Otro ejemplo sería decir "No te puedo dar un caramelo antes de la cena, pero te puedo dar un helado de chocolate después". Por ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de expresión más correcto.

Sea seriamente consistente

Una regla puntual para una efectiva puesta del límite es evitar una regla repetitiva. Una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos seguramente intentarán resistir.

Desaprueba la conducta, no el niño

Es necesario que dejemos claro para nuestros hijos que nuestra desaprobación está relacionada a su comportamiento y no directamente a ellos. No les estamos rechazando. Lejos de decir "Niño malo" (desaprobación del niño). Deberíamos decir "No muerdas" (desaprobación de la conducta). En lugar de decir "realmente no puedo controlarte cuando actúas de esta forma", deberíamos decir, "Estas latas no están para tirar. Deben quedar en el estante del almacén".

Controla las emociones

Los investigadores señalan que cuando los pares están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser verbalmente y/o físicamente abusivos a sus niños. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma, y contar hasta diez antes de reaccionar. La disciplina es básicamente enseñar al niño cómo debe comportarse. No se puede enseñar con eficacia si usted es extremamente emocional. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es llevar un minuto de calma uno mismo, y después preguntar con calma, "¿que sucedió aquí?". Todos los niños necesitan que sus padres establezcan las guías de consulta para el comportamiento aceptable. Cuanto más expertos hacemos en fijar los límites, mayor es la cooperación que recibiremos de nuestros niños y menor la necesidad de aplicar consecuencias desagradables para que se cumplan los límites. El resultado es una atmósfera casera más agradable para los padres y los hijos.

Caracteristicas de los niños y niñas de 1 año.


Caracteristicas de los niños y niñas de 1 año.

Habitualmente se denomina al niño que se encuentra en este período como deambulador, ya que se caracteriza por una conducta predominantemente motora.
El grupo de niños de esta edad tiene un tiempo de atención limitada, y en todas las actividades que se realicen es de fundamental importancia la intervención del adulto.
Los niños de esta edad buscan su independencia y desplazarse libremente, necesitan tocar, manipular, explorar el medio lo cual obliga al adulto a estar atento a sus iniciativas.
Piaget distingue cinco conductas que aparecen casi simultáneamente en los niños en el curso del segundo ano de vida: la imitación diferida (cuando el niño reproduce gestos, movimientos o palabras de otras personas en ausencia de estas), el juego simbólico (aquel en donde los niños "hacen como si" fuera verdad imitando roles), el dibujo (por pequeños que sean sus diseños, es capaz de darles significados si encuentra alguien interesado en su producción), la imagen mental (logra su permanencia en la mente del niño cuando puede evocar objetos, personas o situaciones no presentes) y la evocación verbal de acontecimientos (expresarse a través de balbuceos o palabras, que pueden ser acompañadas por gestos, señalando alguna acción que se produce, por ejemplo diciendo "uuhh!" y/o tomándose la cabeza con las manos, cuando algo se cae).
Problemáticas centrales que caracterizan a esta edad:
La propuesta docente deberá contemplar el inicio del juego simbólico, la expresión verbal y no verbal, la estructuración del objeto permanente y la organización del espacio y el tiempo.
Los vínculos afectivos con los adultos, padres y docentes, serán el marco de seguridad y confianza que permitirá iniciar las prácticas higiénicas. Por último se favorecerá el desarrollo de la motricidad fina y gruesa.

Aspecto Motriz:

A partir de los 12 meses pueden sostener su peso en la posición de pie y mantener el equilibrio cinético caminando, al comienzo con algún sostén. No obstante, mantiene flexionadas las rodillas y balancea los brazos para reforzar este precario equilibrio hasta alrededor de los 18 meses.
12 a 18 meses: durante este período marchan ya sin sostén, con sus piernas separadas, alternan cuadrúpeda con la marcha, y en algunos casos, ante el apuro gatean, toma objetos con la pinza de dos dedos: pueden pasar las paginas de un libro de a dos o tres juntas. También a partir de este mes, generalmente, los niños logran mayor seguridad en su marcha, bailan al compás de una melodía, mira libros de figuras y garabatean
18 a 24 meses: ya en este período comienza el correteo, pueden subir y bajar escalones con ayuda del adulto, utiliza un medio para llegar algún fin, por ejemplo: empujar una silla hasta el lugar determinado y se sube para alcanzar un objeto que de otra forma no podría agarrar. Logran trasvasar elementos.
Su campo de exploración se amplia notablemente en el transcurso de este período
En ocasiones a esta edad, disfrutan arrojando objetos al aire, así como también le agrada introducir los dedos en orificios y , tal como se viera al tratar el desarrollo de la marcha, goza empujando, arrastrando y trasladando objetos. También pueden, y les divierte empujar objetos; cajas pelotas, con el pie.

Tipos de estimulación:
Reconocimiento de partes del cuerpo: juegos imitativos con manos, ojos, y boca, palmoteos en diferentes partes del cuerpo, hacerse chiquititos, etc.
Afianzamiento de la marcha: caminar tomados de la mano, utilizar juguetes de arrastre y pelotas para realizar diferentes acciones, etc.
Relación óculo-manual y experimentación con objetos variados: actividades con elementos que motiven a los niños a realizar acciones como: poner, sacar; con cajas, canastos, juegos de emboque, etc. También, juegos imitativos: con muñecas, cunitas, cucharas, cocina, etc. Acompañar las acciones de canciones : sonidos, onomatopeyas, frases, mostrarles imágenes mientras se les habla o relata un cuento-poesía-rima.
Aspecto Socio-afectivo:

El niño puede voluntariamente alejarse de su mamá y volver a ella cuando lo desee.
Acepta separaciones por lapsos cortos de manera gradual.
Pertenencia del objeto: el niño aprende a buscar el objeto en el último lugar en que lo vio desaparecer. Hay un proceso en la diferenciación del objeto en si, respecto de sus acciones hacia el.
Trata de compartir su juego con el adulto.
Comienza a interactuar de manera más activa con otros niños, gustando examinarse entre sí, mediante abrazos o empujones.
Límites: los deambuladores son niños activos, con un gusto por la exploración y experimentación vigorosa y rigurosa. Debido a esta movilidad activa es que se hacen necesarios los límites. Estos deben no ser considerados como restricciones, sino como "medios para canalizar la conducta del niño de áreas de restricciones a áreas de libertad" por ejemplo: no podrá romper un libro como ser un diccionario pero se le puede poner a su alcance algún material del cual pueda disponer y manipular a su manera. Esto significa ponerlos a la vista del niño evitando así la necesidad de una prohibición. La firmeza y consistencia de los límites necesarios deberán ser balancazos por una cierta medida de flexibilidad por una disposición que permita al niño aprender por si mismo.
Tiene períodos muy breves de atención.
Aspecto Intelectual:

Se constituyen nuevos esquemas, hay experimentación e investigación sobre todo aquello que es nuevo. La coordinación de los esquemas esta dirigida por la búsqueda de nuevos medios (utiliza los esquemas que posee, y ya conoce, para hallar nuevos).

Conducta de soporte: acerca objetos alejados tirando hacia si del soporte en el que están colocados, por ejemplo, un niño quiere agarrar un juguete que esta sobre una manta y logra hacerlo tirando de ella. El niño tantea para lograr un objetivo y esto supone una nueva acomodación de los esquemas que posee a la nueva experiencia.

Conducta del cordel: acerca el objeto mediante el cordel por ejemplo: tira una soga para que el camión que esta sujetado por ella llegue hasta el. Aquí se realiza una acomodación de tanteo dirigida por un esquema de asimilación.

Conducta del bastón: se trata de llagar al objeto utilizando un elemento auxiliar, por ejemplo: el niño alcanza el objeto ayudándose con una varilla o bastón. Llega a la utilización de este elemento por tanteo y experimentación activa.

El juego es el centro de sus movimientos; a través de él reproduce lo que más le impresiona o le agrada, asimila la realidad del mundo que lo rodea, vuelve a vivirla para dominarla o cambiarla. Es el comienzo del juego simbólico: hacer dormir a la muñeca, cantarles, darle de comer, y otra serie de acciones que imitan el comportamiento de los adultos hacia él o de él mismo.
Su conducta es egocéntrica, aunque le gusta jugar en compañía de sus pares -juego paralelo- y goza repitiendo acciones sobre objetos para ejercer su habilidad.
Disfruta manipulando masa, gustándole tocarla, apretarla, sacar y poner, abrir y cerrar. También se entusiasma garabateando con crayones o tizas. Comienza a darles nombre a sus trazos pero si, en otro momento, la docente le muestra el mismo dibujo, no reconoce los trazos y cambiará los objetos o personas mencionadas.
Comienza con la construcciones, en las que el aplica sin discriminación de color ni tamaño, hasta la construcción en la que hay sentido constructivo y creador.

Le agradan los juegos de construcción, los cuales mantienen su carácter de juego de ejercicio. En un primer momento, el niño juega solo limitándose a manipular y llevar de un lado a otro los bloques y apilarlos en montones irregulares. A través de estos juegos de construcciones y el placer que encuentra en hacerlas y derribarlas son actitudes en donde el niño afirma su "yo".

Lenguaje:

El niño de esta edad comienza la etapa de adquisición del lenguaje, pero en un primer momento su preocupación por caminar y explorar le hacen olvidar el hablar.
Nombra objetos únicos sin clasificar.
No usa palabras para hechos no observables, aprendiendo el nombre de aquello que sí experimentó.
Presta atención y comprende aquellas palabras que usan los adultos, especialmente aquellas que designan cosas de su interés.
Tiene un vocabulario personal, subjetivo (nombra cosas que le agradan y las que no).
Posee una gramática pasiva que le permite entender muchas oraciones emitidas por los adultos.
Comienza a utilizar palabras que designan sus comidas preferidas, sus prendas de vestir, animales, juguetes, personas, etc.
Comienza a combinar dos palabras en sus emisiones: gramática activa.
A medida que madura comienza a sentir la necesidad de decir otras cosas para lo cual usa lo que ya sabía, más otras palabras nuevas que incorpora.
Comienza a utilizar el lenguaje para: expresar sus sentimientos, establecer contacto afectivo, comunicarse con el adulto.
Aparecen frases pivotales: primer tipo de frase de 2 palabras. Consiste en una palabra que funciona como eje (pivote) por ejemplo: mío, quiero, no, y otra palabra con la que articula para formar una estructura "mía mama"}
Se destaca el uso de la palabra pivotal "NO".